- La borraja tiene que estar bien
lavada. Quitar más de la
mitad de cada hoja. Cortar los tallos y el resto de las hojas a pedazos bastante grandes.
- En abundante agua salada hirviendo, echar las patatas
cortadas a trozos y la borraja. Verificar la cocción. Escurrir.
- Calentar el aceite en una sarten, rehogar el ajo chafado
hasta que resulte bien dorado. Añadir entonces la verdura, darle unas vueltas sin
freirla.
- Servir inmediatamente.
Las borrajas ocupan un lugar importante en
mi infancia. Son la exacta representación de mi diferencia.
Cada primavera, brotaban en nuestro huerto, cada vez
más tupidas, cada vez más lozanas, milagrosamente adaptadas a aquella tierra extraña.
Pero ninguno de mis amigos comía borrajas y yo nunca pude nombrárselas. Me pensaba que
sólo crecían en Aragón y me avezgonzaba que pudieran imaginar que nos comíamos aquellas
ortigas, sin nombre francés.
Sin embargo era mi verdura predilecta y mi padre ya no
está para cultivarlas en el jardín.
Marie-Carmen
Darne, Gières (38)
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