También se pueden añadir patatas o habas

• Poner aceite a calentar en una sartén, cuando está templado  echar los pimientos cortados en trozos y refreírlos. Echarles sal y taparlos con una tapadera. Se hacen a fuego lento más o menos veinte minutos.
• Añadir los tomates y la cebolla también cortados en trozos y refreírlo todo junto.
• Agregar agua ya caliente hasta cubrir la preparación. Dejar cocer unos veinte minutos.
• En la sopera o la fuente de servicio, cortar el pan a trocitos. Rociar con la preparación de la sartén.
• Servir enseguida.

• Poner aceite a calentar en una sartén para freír los torreznos.

• Cuando están bien dorados, echar  el pan cortado en rebanadas finas.

• Rociar con agua caliente ya salada y dejarlas cocer a fuego lento sin parar de dar vueltas con una cuchara de madera hasta que el pan se desmigue.

• Las migas están hechas cuando ya se despegan solas de la cuchara.

• Colocar la sartén en unas trébedes. Se comen en la misma sartén, cada uno con su cuchara.

Yo trabajaba de sirvienta en un pueblo de Extremadura, en casa de un labrador. Comíamos poca carne por eso el pan tenía mucha importancia. Lo gastábamos a diario con la sopa, que podía hacerse de tomate o de patatas o de habas. También comíamos mucho pimiento. Servía para dar gusto a la sopa, y luego lo sacábamos y lo comíamos de segundo plato con aceitunas, en vez de la carne.
Pero la base de la alimentación era el pan. En casa preparábamos la masa y luego en un tablero a la cabeza la llevábamos al horno del pueblo a cocer. Algunas veces hacíamos hasta treinta panes.
En aquella época comíamos en la cocina, todos juntos. Como se dice en mi tierra, "todos en el mismo plato, cerca de la lumbre si hace frío".

Vicenta Martín Mena, Gières (38)