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 Macarrones con queso

de mi tía Doris

Para 4 personas

1/2 kg de macarrones (más o menos)
4 tomates 
1 chorizo
1 cebolla
2 dientes de ajo
un poco de pimiento (rojo o verde) 
2 ó 3 cucharadas de aceite
sal
y azúcar
Queso rallado en abundancia (al gusto)

 
  • En el aceite se echa, bien picadito, la cebolla, los ajos y los pimientos. Cuando estén bien doraditos, se echan los tomates pelados y picados. Se añade la sal y una pizca de azúcar para quitarle la acidez al tomate.

  • Se pone a cocer la pasta, al gusto. Se escurre y se pasa por agua fría.

  • Mientras tanto se fríe el chorizo cortado en rajas.

  • En una cazuela de barro se ponen los macarrones y se mezclan con la salsa de tomate y el chorizo frito.

  • Por encima se añade el queso rallado y se pone al horno a gratinar.

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Mi tía Doris solía venir a mi casa una vez a la semana, y le decía a mi madre: "Hoy he puesto los macarrones con queso que tanto le gustan a Oscar". Mi tía Doris nunca tuvo hijos, y sentía por mí gran cariño, yo era el predilecto entre mis hermanos. Al volver del colegio tenía la grata noticia y sabía que me tocaba ir a casa de mis tíos Doris e Isidro.

La cuestión es que si hay una cosa que no me gusta, es el queso, en mi vida lo probaba, excepto en casa de mi tía Doris que me echaba en abundancia creyendo que era de mi agrado.

Yo sabía, aun siendo muy niño, que mi tía me preparaba los macarrones con todo sacrificio, ya que al carecer de cocina de butano tenía que hacerlos en cocina de carbón y leña incluso en verano. Nunca me atreví a decirle que el queso no me gustaba y durante años y años estuve comiendo los dichosos macarrones con queso sin decir nada. Algunos se preguntarán por qué nunca la dije que no me gustaban, pero en mi ser interior, yo sabía que mi tía Doris me quería mucho y los hacía por mí.

El caso es que mi tío Isidro nunca les probó. Han pasado muchos años y todavía no me explico el por qué. No sé si no les comía porque no le gustaban o porque, como me lo imagino ahora, mi tía me servía a mi primero en abundancia, "Come, hijo, come", Los pocos que quedaban se les comía ella y nunca llegó a probarles mi tío Isidro.

Oscar Rodríguez, Palencia

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